martes, 31 de octubre de 2017

SISTEMA SOMATOSENSORIAL

El sistema somatosensorial o somatosensitivo –literalmente, el sistema del “sentido del cuerpo”- nos permite percibir o detectar eventos físicos del mundo, como la presión, vibración, temperatura, y daño tisular (que da lugar a la sensación de dolor), a través de la piel, la cual recubre nuestros cuerpos y nos proporciona una frontera respecto al entorno; puesto que es un límite sensible, que esconde una gran gama de receptores sensoriales cutáneos y subcutáneos (mecanorreceptores, termorreceptores y nociceptores) que permiten detectar y discriminar entre los numerosos tipos de estímulos que inciden en ella, realizando una transducción sensorial de la información de los eventos físicos a señales eléctricas que el cerebro puede interpretar (impulsos nerviosos).

Contiene dos características distintivas: la primera es que los receptores de la sensación somática se distribuyen por todo el cuerpo, mientras que los de otros sistemas sensoriales están localizados en pequeños órganos especializados en los ojos, oídos, nariz y boca; la segunda es que procesa distintas clases de estímulos, muchos de los cuales tienen distinta energía. 

Un receptor somatosensorial es la primera célula de la vía somatosensitiva. La ubicación de los receptores se encuentra en la piel, el epitelio, el músculo esquelético, los huesos, las articulaciones, los órganos internos y el sistema cardiovascular. Algunos de los más importantes son: las terminaciones nerviosas libres, los corpúsculos de Meissner, los corpúsculos de Pacini, los discos de Merkel, los corpúsculos de Ruffini, los husos musculares, los órganos tendinosos de Golgi y los receptores articulares, entre otros. Es importante mencionar que las diferentes partes del cuerpo varían en el número y la distribución de los receptores, lo que impacta en su sensibilidad a los estímulos.

Los mensajes que los receptores somatosensoriales envían al cerebro indican cuatro aspectos: 

a) la localización de la experiencia 

b) la cantidad de intensidad de la experiencia 

c) la duración del estímulo 

d) la cualidad de la experiencia 



Cuando la información llega a la corteza, se construye la experiencia perceptual, y tomamos conciencia de los estímulos. Para que esta acción se realice, el impulso nervioso asciende por los axones de las células receptoras hasta llegar a la médula espinal, sube entonces por la médula hacia el encéfalo, esto lo hace a través de varias vías ascendentes que se encuentran paralelas a lo largo de la médula espinal, el tronco del encéfalo y el tálamo; finalmente llega a la corteza cerebral, primero a la corteza somatosensitiva; la cual se localiza en el lóbulo parietal y es responsable del procesamiento de las sensaciones propioceptivas, táctiles, nocioceptivas y termoalgésicas. Está compuesta por áreas primarias y secundarias:



Las áreas primarias, denominadas también área somatosensitiva I (SI) corresponden a las áreas 3a, 3b, 1 y 2 de Brodman. El área de la corteza SI se localiza en el giro postcentral en el lóbulo parietal. Las neuronas localizadas en esta área reciben aferencias de las vías que vienen del núcleo ventral posterior del tálamo, que transmite información somatosensorial, incluyendo sensaciones de dolor, vibración, temperatura, tacto, presión, posición y movimiento desde los receptores sensoriales. 

Las áreas secundarias, denominadas también área somatosensitiva II (SII) corresponde a las áreas 5 y 7 de Broadmann. Está ubicada detrás del giro postcentral en el lóbulo parietal, próxima al área SI. El área de la corteza SII recibe aferencias de la corteza SI y envía proyecciones a su vez a estructuras límbicas, como la amígdala y el hipocampo. Estas regiones sintetizan e integran la información somatosensorial que permite el reconocimiento de los objetos y su relación con la posición de estos en el espacio respecto a nuestro cuerpo.

Podemos concluir con que el sistema somatosensorial es de vital importancia para nuestra supervivencia, tomando en cuenta que nos permite interactuar con el mundo, identificando las formas y texturas de los objetos y detectando, a través de los receptores cutáneos y subcutáneos aquellas situaciones que pueden ser nocivas para nuestro cuerpo y salud, enviando información al cerebro si se presentan sensaciones de dolor. 


Autora: Kenia del Rocío Díaz Infante Gómez


Links de interés:


Referencia: 
Guzman J., Reynoso A. V., Islas M., Zuvirie R. (inédito) Fundamentos Básicos de los Sistemas Sensoriales. Antología de Neurociencias. Licenciatura en Psicología. SUAyED. UNAM.


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